jueves, 28 de enero de 2016

SMART CITIES / SMART CITIZENS

Hola buenas tardes a todos.

Hacía tiempo que no escribía una entrada en el blog, la verdad que no hay excusas pero he estado bastante liado, y aunque sigo estándolo aprovecho un hueco para comentaros algo que me ha resultado interesante.
Hoy he asistido al Foro Innova La Rioja, en el Centro Tecnológico de La Rioja. (edificio de La Fombera). En concreto la jornada de hoy se centraba en las Smart Cities, y en el estándar de ciudad inteligente y agencia digital europea. Y cómo convertir una ciudad en un espacio moderno, sostenible y de calidad.
Aunque no he podido quedarme a toda la jornada por motivos de trabajo, sí que me gustaría comentaros mis impresiones acerca de las ponencias que han expuesto al principio.
Lo primero que quiero remarcar es la cierta similitud de desgaste entre el concepto de "Smart city" y el de sostenibilidad o eficiente. No cabe duda que de tanto usarse al final casi se ha perdido o desvirtuado su auténtico significado. De hecho, uno de los ponentes ha querido aclarar que porque haya ciudades inteligentes, no significa que el resto de las ciudades sean "tontas". Buena apreciación. 
Pero concretamente en lo que ha hecho hincapié D. Jesús Gonzalez Mateos, consejero delegado de Grupo Prestomedia, es en lo que cojea a día de hoy y sobretodo en España la implementación de Smartcities es en el diálogo con los ciudadanos. Hay que reenfocarlo mucho más al ciudadano, al usuario del día a día de la ciudad. Y parece algo obvio, puesto que son los que realmente viven las ciudades, las evolucionan y plantean nuevas demandas. Y ha puesto el ejemplo de cómo por ejemplo cuando nos damos de alta en una cuenta de red social nunca leemos las condiciones generales de uso, ni la letra pequeña, y sin embargo dar nuestros datos a la administración para que gestione nuestros consumos etc nos parece impensable.
También me gustaría resaltar un comentario que ha hecho Enrique Martínez Marin a través de videoconferencia, al afirmar que uno de los problemas a los que se enfrenta una ciudad para convertirse en "Smart" es el envejecimiento de la misma. No cabe duda que al igual que avanza a una velocidad de infarto el desarrollo de las nuevas tecnologías, casi al mismo tiempo los edificios, las redes e infraestructuras, etc se van quedando obsoletas y con necesidad de renovar.
La última ponencia antes del descanso del café corrió a cargo de Diego Torrico, director de Administración Pública  y Smart Cities Vodafone España, y me gustaría resaltar un comentario que hizo mientras corría por el parque la noche anterior al foro: una ciudad si quiere ser Smartcity tiene que aprovechar los recursos y controlar el gasto, y que haya luminarias por el parque encendidas de continuo carece de sentido. ¡Es curioso porque yo esto ya lo había pensado! Quiero decir, con los avances tecnológicos que hay en la actualidad, creo que sería posible que una zona concreta de una ciudad (una calle, un camino del parque, etc) se iluminara mediante sensores de presencia con el paso de un vehículo, un peatón, y el resto del tiempo estuvieran apagadas. Sólo hay que ver las imágenes satélite de nuestro planeta para ver la contaminación lumínica de las grandes zonas de población.
Y para concluir me gustaría poner mi granito de arena a la smartización de las ciudades: como urbanista, he echado de menos quizás alguna mención al respecto del planeamiento de las ciudades entendiéndolo como una base de pizza donde caben todos estos ingredientes. Es decir, qué mejor manera que una ciudad o villa o pueblo pueda implementar cualquier actuación que la convierta en Smart City si ya está recogida en la Normativa Urbanística y en sus ordenanzas, que al fin y al cabo es el único documento ley para la ordenación de un municipio. Estoy seguro que esto agilizaría los trámites burocráticos a los que hay que hacer frente hoy en día, y repercutiría en el coste, seguro.
Bueno para terminar os dejo una foto de la jornada de hoy.
Un saludo.

jueves, 7 de enero de 2016

EL PLAGIO

Hola buenos días a todos.

Después de haber disfrutado de las fiestas toca ponerse manos a la obra con la investigación científica y por supuesto con el blog.
Hoy el tema a comentar es el plagio, el engaño, la copia. Parece increíble que un campo tan importante como el científico (yo me atrevo a decir que es el top de los top), se den estos casos de fraude. Sinceramente podríamos usar la expresión de "se me ha caído un mito"..... 
Recordando los comienzos del blog, cuando os comentaba que todos era (y sigue siendo) muy novedoso para mi, el método científico, la investigación, las publicaciones, el avance y los nuevos descubrimientos, etc, precisamente nunca me imaginé que hoy estuviera escribiendo sobre esto.
Pero analizándolo fríamente y con algo de perspectiva (deformación profesional), tiene sentido. No lo justifico ni muchísimo menos, pero lo entiendo. Después de leer varios artículos y publicaciones al respecto, extraigo las siguientes conclusiones (obvias):
  • Los científicos son humanos.
  • El ser humano tiene ambición
  • El ser humano quiere tener éxito, y destacar por encima de sus iguales
  • El ser humano es algo vaguete (o comodón), y si puede hacerlo con la ley del mínimo esfuerzo, mejor.
Sé que no estoy diciendo nada nuevo, pero vale la pena recordarlo y pensar en ello. Yo, ingenuo de mí, pensaba hasta ahora que para un científico su máxima era trabajar en un campo, estudiar, investigar, probar, descubrir, equivocarse, etc... y luego si eso, ya publicaba las conclusiones de sus trabajos en las revistas científicas para compartirlo con sus colegas. JA!, aunque este debería ser el
orden lógico de actuación, la realidad demuestra que va de atrás de adelante: primero está la obsesión por publicar, da igual lo que sea, pero cuanto más publique más renombre tendré, más citado seré, más destacaré sobre mis compañeros científicos. Qué pena. Pienso que esta obsesión por ser más que, con más número de publicaciones o citas, a modo de curriculum, lo único que hace es devaluar el fin último de la investigación científica, que a mi juicio debería ser hacer un mundo mejor (suena un poco cursi, pero así lo creo).

Por tanto me lleva a equiparar a la comunidad científica con el resto de profesiones, en el sentido de ese ansia de generar más y  más documentación y publicaciones, en vez de ser meticulosos y sólo desarrollar lo que realmente sea importante y aporte valor y utilidad a la sociedad. Pero como he comentado antes, al final todos somos humanos, y la avaricia forma parte de nuestro ADN. Yo considero que ser ambicioso es bueno, motiva, te hace avanzar, pero por supuesto no a cualquier precio, ni por supuesto descuidando lo esencial: ser honesto.

Para terminar, quiero dejar claro que por supuesto también hay buenos profesionales en todos los campos, y aunque haya manzanas podridas, no hay que dudar del resto. Simplemente separar lo rancio de lo bueno. Y quizás dejar a un lado esa oscura obsesión por publicar y simplemente sea un resultado, no un objetivo.